En esta oportunidad Caroline Leaf adpató la pequeña historia de su compatriota, Mordecai Richler, basada en sus recuerdos de niñez en una comunidad judía en Montreal. Una familia vive en un pequeño departamento y en ese espacio deben convivir con la agonía de la abuela que esta muy enferma al cuidado de la madre del protagonista y narrador.
La historia narrada audiovisualmente por Leaf, muestra claramente el ambiente y la tensión que se vive en la familia, y la preocupación de los niños centrada en el uso de la pieza de la abuela. A través de logradísimos detalles, permanentemente está llevándonos a primeros planos para involucrarnos en las acciones y en los sentimiento que vivencian los personajes. Pero también destaca el movimiento que logra en la escena del velorio en que el espectador siente que es el protagonista que camina por entre la multitud. Una vez más me sorprendo con la técnica, esta vez pintura sobre vidrio, y el talento de esta mujer artista, una mujer notable que descubro en el arte de la animación.
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